domingo, 11 de septiembre de 2022

Comentario: Dijo el Centurión: . "NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA" (Lc 7, 1-10).

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid, me envía todos los días el Comentario del Evangelio que con todo mi afecto se lo edito en el “Blog Católico de Javier Olivares, baionés jubilado, Baiona”,

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11 de Septiembre, domingo de 2022

Comentario: Dijo el Centurión: . "NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA" (Lc 7, 1-10).

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NOTA. Disculpad de que no os haya llegado estos días el comentario del Evangelio. Ha sido debido a que estoy cambiando de compañía. Gracias a Dios estoy muy bien. Os agradezco vuestras llamadas preguntando la causa de no enviarlo. Un cordial saludo

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Este milagro que narra el Evangelio de hoy sucedió en  Cafarnaún. Se trata de un centurión  que tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús envió  a unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Jesús  se puso en camino con ellos. Cuando aún  estaba lejos de la casa, el centurión  le envió unos amigos para decirle que no se molestase porque él  no era digno de recibirle en su casa y que bastaba con que dijera una palabra y su criado quedaría sano. Jesús se admiró de su fe y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que ni en Israel he encontrado tanta fe".

El Evangelio termina diciendo "que al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano".  ¡Impresionante la fe del Centurión! Era una buena persona. No pide nada para él, sino para su criado. Aunque era pagano, tenía  afecto a los judíos. Y, además, les había construido una sinagoga. Era un hombre generoso.

Las palabras que le dirige a Jesús están  llenas de fe, de humildad y de sentido común y de gobierno. Le dice: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir a ti personalmente. Dilo de palabra y mi criado quedará sano. Porque también soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis  órdenes; y le digo a uno: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto" y lo hace". 

Es un hombre que sabe mandar y al mismo tiempo tiene un gran corazón Este Centurión ganó el corazón a Jesús. El Señor hizo un gran elogio de este hombre: "Os aseguro que ni en Israel he encontrado tanta fe". ¿Tú  y yo, somos como el centurión de fe recia  y creemos que la palabra de Jesús se cumple siempre?

Antes de la Comunión, repetimos las palabras del centurión. Que las digamos con tanta fe  que conmovamos al Señor. ¿Podrá decir de nosotros, como del centurión: "Ni en Israel he encontrado tanta fe? Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de comulgar con aquella  fe, pureza, humildad y devoción  con que le recibió  su Santísima Madre.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja

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