miércoles, 27 de marzo de 2019

VIVE EL MOMENTO PRESENTE

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

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Enterado
Donde sea. Vive el momento presente

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“Tienes tan sólo una vida, y la vida nada es sino una medida del tiempo. Por lo tanto trata con afecto cada hora porque no retornará jamás. No puede conservarse hoy para ser usada mañana, ¿quién puede atrapar el viento? Sacrifícate hoy y conságrate al trabajo. Canjea los minutos sabiamente por algo de valor. Que hoy sea el mejor día de tu vida” (OM).

Hay quienes viven corriendo, ansiosos, siempre un paso más adelante, más en el futuro que en el presente. Están almorzando con su familia y su mente está lejos pensando en mil cosas que hay que hacer después. Están haciendo un trabajo, pero su cabeza está en las posibles vacaciones que hay que planificar. Están dialogando con un amigo y su mente está en unas ofertas que vieron en el supermercado y que quieren aprovechar. Quieren terminar todo rápidamente. Todo se les ha vuelto urgente e indispensable. Haz lo que te sea posible, pero lo importante es que no se te escape este instante, que en realidad es lo único que tienes (Víctor Fernández).

“Hoy haré de cada tarea ordinaria una expresión de excelencia, manifestando en cada momento la grandeza de mi ser. Hoy tendré los pies en la tierra comprendiendo la realidad, y la mirada en las estrellas para inventar mi porvenir. Hoy tendré tiempo de ser feliz y de convertir cada una de mis acciones en manifestaciones de bondad”.
* Enviado por el P. Natalio



lunes, 11 de marzo de 2019

VEA EN VIVO EL BRUTAL ABORTO. Y GRITO DEL BEBE. VERLO C/ADULTO

 Homilías del Papa y Temas sacerdotales

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado



Conversación de WhatsApp:

[11/3 15:40] Francisco Javier Olivares: 

*Pues fíjate bién hasta dónde ha descendido la humanidad!!! A exigir el derecho de una madre a matar al hijo de sus entrañas porque ella es dueña de su cuerpo. !!! Es dueña de la vida de su hijo y puede decretar su muerte...solo porque le estorba y es una habitación de su casa y la necesita vacía. Hay que matar por lo tanto al inquilino que no paga, no es deseado y es un okupa al que hay que echar o desahuciar.  Pero no piensan en cómo entró.
  No fué por radiación del microondas.  Terrible!!! Y cierto!!!.*

[11/3 15:40] Francisco Javier Olivares: 
Padre, no soy capaz de
ver ese video tan brutal!, Que horror!!

[11/3 15:40] Francisco Javier Olivares:
 *Os dais cuenta de que el argumento usado para el derecho al aborto es una falacia y por lo tanto una mentira?*

[11/3 15:40] Francisco Javier Olivares:
 Pregúntale a una mujer por qué tiene un niño dentro de su cuerpo? Acaso puede decir que se le metió allí  por radiación del microondas? Mejor será que diga que esa vida que concibió no la quiere y busca un decreto de condena a muerte de ese individuo invasor. Y quién va a ser el abogado defensor de ese niño o niña inocente? No tiene derecho a ser defendido? Y hay posibilidad de apelación del veredicto? Hemos caído muy bajo.



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 Si eres capaz de ver....mira que horror!!!

Palabras de San Juan Pablo II en Madrid ante un millón de personas

Madrid 3 NOV 1982. Más de un millón de personas se agolparon ayer alrededor del altar, ... la plaza de Lima recordaban trozos de la biografía del Papa desde dos horas antes de su ... En la misa de Juan Pablo II con las familias cristianas

"Abortar es un homicidio injustificable: 
el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento.

(n. 58). El aborto procurado es un homicidio (n. 58). Quién se elimina es () inocente (n. 58). () jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente (n, 58).

Confeccionado por Franja. 11 de marzo del 2019





domingo, 10 de marzo de 2019

La Confesión cuaresmal: una guía paso a paso

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

La Confesión  cuaresmal: una guía paso a paso

Opus Dei - La Confesión: una guía paso a paso

La Confesión cuaresmal: una guía paso a paso

En esta breve guía encontrarás una ayuda para prepararte a recibir con fruto el sacramento de la Reconciliación: incluye una explicación de los pasos para acercarse a la Confesión, unos exámenes de conciencia y textos para meditar en la grandeza del perdón que Dios nos quiere dar.

10 de Marzo de 2019

Opus Dei - La Confesión: una guía paso a paso
"La Confesión: una guía paso a paso", en pdf

San Josemaría solía llamar a la Confesión el sacramento de la alegría, porque a través de él se recuperan el gozo y la paz que trae la amistad con Dios, un don que solo el pecado es capaz de robar a las almas de los cristianos.

* * *
¿Qué es la confesión?
“El sacramento de la Reconciliación es un sacramento de curación. Cuando yo voy a confesarme es para sanarme, curar mi alma, sanar el corazón y algo que hice y no funciona bien”[1].

¿Por qué confesarse?
Explica el Papa Francisco que “el perdón de nuestros pecados no es algo que podamos darnos nosotros mismos. Yo no puedo decir: me perdono los pecados. El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo”[2]

¿Es complicado confesarse?
No lo es tanto: en el Catecismo, la Iglesia nos propone cuatro pasos para una buena confesión[3]:

1) Examen de conciencia;
2) Contrición (o arrepentimiento), que incluye el propósito de no volver a pecar;

3) Confesión;
4) Satisfacción (o cumplir la penitencia).

Son cuatro pasos que damos para poder recibir el gran abrazo de amor que Dios nuestro Padre nos quiere dar con este sacramento: “Dios nos espera, como el padre de la parábola, extendidos los brazos, aunque no lo merezcamos. No importa nuestra deuda. Como en el caso de hijo pródigo, hace falta sólo que abramos el corazón”[4].

Explicamos a continuación estos cuatro pasos, que ayudarán para vivir en toda su grandeza este sacramento de la misericordia de Dios.

* * *
1. Examen de conciencia

EL EXAMEN DE CONCIENCIA CONSISTE EN REFLEXIONAR SOBRE TODO AQUELLO QUE NOS HAYA PODIDO ALEJAR DE DIOS

“¿Qué consejos le daría a un penitente para hacer una buena confesión? –se pregunta Papa Francisco-. Que piense en la verdad de su vida frente a Dios, qué siente, qué piensa. Que sepa mirarse con sinceridad a sí mismo y a su pecado. Y que se sienta pecador, que se deje sorprender, asombrar por Dios”[5].

El examen de conciencia consiste en reflexionar sobre aquellas acciones, pensamientos o palabras, que nos hayan podido alejar de Dios, ofender a los demás o dañarnos interiormente.
Es el momento de ser sinceros con uno mismo y con Dios, sabiendo que Él no quiere que nuestros pecados pasados nos opriman, sino que desea liberarnos de ellos para poder vivir como buenos hijos suyos.

Ofrecemos algunas preguntas para ayudarte a reflexionar sobre qué puedes pedir perdón a Dios. Sirven solo como una orientación: lo más importante es entrar en el propio corazón y admitir las propias faltas. Si quieres, durante la confesión puedes pedir al sacerdote que te ayude proponiéndote otras cuestiones.

- Examen de conciencia para niños
- Examen de conciencia para jóvenes
- Examen de conciencia para adultos
* * *
2. Contrición y propósito de no volver a pecar.

LA CONTRICIÓN, O ARREPENTIMIENTO, ES UN DOLOR DEL ALMA Y UN RECHAZO DE NUESTROS PECADOS, QUE INCLUYE LA RESOLUCIÓN DE NO VOLVER A PECAR.

La contrición, o arrepentimiento, es un dolor del alma y un rechazo de nuestros pecados, que incluye la resolución de no volver a pecar. Es un don de Dios: por eso, si te parece que aún estás apegado al pecado –que, por ejemplo, no te ves con fuerzas de abandonar un vicio, perdonar a una persona o enmendar un daño causado–, pídele a Él que obre en tu corazón, para que rechaces el mal.

A veces, el arrepentimiento llega con un sentimiento intenso de dolor o vergüenza, que nos ayuda a enmendarnos. Sin embargo, no es indispensable sentir ese tipo de dolor: lo importante es comprender que hemos obrado mal, tener deseos de mejorar como cristianos y hacer el propósito de no volver a cometer esas faltas.

“La contrición -explica el Papa- es el pórtico del arrepentimiento, es esa senda privilegiada que lleva al corazón de Dios, que nos acoge y nos ofrece otra oportunidad, siempre que nos abramos a la verdad de la penitencia y nos dejemos transformar por su misericordia”[6].

Existen varias oraciones que sirven para manifestar la contrición, por ejemplo la siguiente:

Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados y los aborrezco, porque al pecar, no solo merezco las penas que causan, sino que principalmente te ofendo a ti, sumo Bien y digno de amor por encima de todas las cosas. Por eso propongo firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de pecado. Amén.

* * *
3. Confesar los pecados.

UNA BUENA CONFESIÓN ES DECIR LOS PECADOS AL SACERDOTE DE FORMA CLARA, CONCRETA, CONCISA Y COMPLETA.

La confesión consiste en la acusación de los pecados hecha delante del sacerdote.

“Confesarse con un sacerdote es un modo de poner mi vida en las manos y en el corazón de otro, que en ese momento actúa en nombre y por cuenta de Jesús. (...) Es importante que vaya al confesionario, que me ponga a mí mismo frente a un sacerdote que representa a Jesús, que me arrodille frente a la Madre Iglesia llamada a distribuir la misericordia de Dios. Hay una objetividad en este gesto, en arrodillarme frente al sacerdote, que en ese momento es el trámite de la gracia que me llega y me cura”[7].

Se suele decir que una buena confesión tiene “4 C”:
1. Clara: señalar cuál fue la falta específica, sin añadir excusas.

2. Concreta: decir el acto o pensamiento preciso, no usar frase genéricas.

3. Concisa: evitar dar explicaciones o descripciones innecesarias.

4. Completa: sin callar ningún pecado grave, venciendo la vergüenza.

La confesión es un sacramento, cuya celebración incluye ciertos gestos y palabras de parte del penitente y del sacerdote. A continuación te explicamos cómo se desarrolla, con un gráfico que puedes descargar aquí:


 
* * *
4. Cumplir la penitencia

EL SACERDOTE SEÑALA UNA PENITENCIA PARA REPARAR EL DAÑO CAUSADO.

La satisfacción consiste en el cumplimiento de ciertos actos de penitencia (unas oraciones, alguna mortificación, etc.), que el confesor indica al penitente para reparar el daño causado por el pecado.

Es una ocasión también para dar gracias a Dios por el perdón recibido, y renovar el propósito de no volver a pecar.

* * *

Apéndice sobre la confesión 
para ganar una indulgencia jubilar

El Santo Padre en la Bula de convocación del Año Santo explica que: “En el sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, que realmente quedan cancelados; y sin embargo, la huella negativa que los pecados tienen en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece”. La purificación interior es tarea de toda una vida. 

Las indulgencias son una ayuda para este empeño de purificación frente a los rastros del pecado: “la misericordia de Dios es incluso más fuerte que esto. Ella se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado”[8].

Durante un Año Santo, es posible recibir la indulgencia jubilar al atravesar las Puertas de la Misericordia que se encuentran en distintas iglesias y santuarios. Para eso:

1. Hay que visitar en peregrinación el lugar sagrado y allí, una vez atravesada la Puerta Santa o Puerta de la Misericordia, participar en alguna celebración sagrada o, al menos, permanecer por cierto tiempo en oración, reflexionando sobre la misericordia;

2. Recitar la profesión de fe y alguna oración por el Papa y por sus intenciones, en particular el Padre Nuestro. Además, se sugiere concluir el momento de oración con una invocación al Señor Jesús Misericordioso (p. ej., “Jesús Misericordioso, en Vos confío”), siguiendo el espíritu propio de ese Año Santo.

3. Cumplir las demás disposiciones generales previstas por la Iglesia: confesión sacramental y comunión eucarística (se pueden realizar una semana antes o después de haber atravesado la Puerta Santa), además de la exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.

“Vivir entonces la indulgencia en el Año Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente. Indulgencia es experimentar la santidad de la Iglesia que participa a todos de los beneficios de la redención de Cristo, porque el perdón es extendido hasta las extremas consecuencias a la cual llega el amor de Dios. Vivamos intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la dispensación de su indulgencia misericordiosa”[9].

[1] Francisco, Audiencia general, 19.II.2014.
[2] Idem.
[3] Cfr. Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 303.
[4] San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 64.
[5] Francisco, El nombre de Dios es misericordia.
[6] Francisco, Carta 30.V.2014.
[7] Francisco, El nombre de Dios es misericordia.
[8] Francisco, bula Misericordia vultus, n. 22.
[9] Idem.

ConfesiónSacramentosReconciliaciónRodolfo Valdés – Juan José Silvestre

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