miércoles, 13 de abril de 2016

¿Crees en la vida después del nacimiento? Diálogo de dos bebitos, 20

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado


Una historia nº 20
que nos enseña a seguir el plan de Dios
por sobre todas las cosas.



¿Crees en la vida después del nacimiento?


En el vientre de una mujer embarazada, dos bebés sostienen una conversación. Uno de ellos es creyente y el otro ateo.

El ateo: ¿Crees en la vida después del nacimiento?

El Creyente: Por supuesto. Todos saben que hay vida después del nacimiento. Estamos aquí para crecer y estar fuertes y preparados para lo que nos espera cuando ocurra.

El ateo: ¡Tonterías! No puede haber vida después del nacimiento. ¿Puedes imaginarte como sería esta vida?

El Creyente: No conozco los detalles, pero creo hay más luz y tal vez allí caminaremos y nos alimentaremos solos.

El ateo: ¡Qué disparate! ¡Es imposible caminar y alimentarnos solos! ¡Ridiculeces! Tenemos el cordón umbilical que nos alimenta. Solamente quiero señalarte esto: La vida después del nacimiento no puede ser porque nuestra vida, el cordón, es demasiado corto.

El creyente: Estoy seguro que es posible. Sólo que será un poco diferente. Puedo verlo.

El ateo: ¡Pero no hay nadie que haya regresado de allí! La vida sencillamente se termina con el nacimiento. Y sinceramente, la vida está llena de sufrimientos en la oscuridad.

El creyente: ¡No, no! No sé exactamente cómo será la vida después del nacimiento pero en cualquier caso, vamos a conocer a nuestra mamá, ¡Y ella cuidará de nosotros!

El ateo: ¿Mamá? ¿Tú crees que tenemos una mamá? ¿Y entonces en dónde está?

El creyente: ¡Ella está por todos lados a nuestro alrededor y nosotros nos encontramos dentro de ella! Nos movemos por ella y gracias a ella estamos vivos. Sin ella no existiríamos.

El ateo: ¡Qué tontera! Yo no he visto una mamá así; por lo tanto no existe.

El creyente: No puedo estar de acuerdo contigo. De hecho, algunas veces, cuando todo está muy quieto, podemos escucharla cantando y siento cómo acaricia nuestro mundo. Estoy convencido de que nuestra verdadera vida comenzará después del nacimiento.

¿Y tú, qué piensas, querido lector?



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