Blog Católico de Javier Olivares, jubilado
El amor maduro
Carta del cielo...nº29
Ante los padres ancianos
Hoy te desesperas porque tus
padres están viejos y achacosos. Se han convertido en una intromisión en tu
apretada agenda, en una vergüenza cuando estas con tus amigos.
Comprende. Ahora tus padres están
viejos. Es tu oportunidad de reflexionar y crecer en el amor. Los he puesto en
tus manos para que aprendas a amar. El problema no son ellos. Eres tu que has
olvidado de lo que es amar. Se te ha endurecido el corazón y ahora es el
momento de recapacitar. Ahora te llamo al amor para con ellos. El amor todo lo vence.
Si ellos derraman su comida sobre
su ropa, si les cuesta atarse los zapatos. Así fuiste tu y ellos te amaron.
Si les cuesta hablar y repiten lo
mismo. Así fuiste tu y ellos te amaron.
Si tienen sus manías y sus
achaques. Recuerda, así fuiste tu y te amaron.
Si te parecen inútiles y si no
comprenden las nuevas tecnologías. Recuerda así fuiste tu y ellos te amaron.
Si caminan muy despacio y
sacarlos a pasear requiere de tu paciencia. Recuerda, así fuiste tu y ellos te
amaron.
Si se hacen las necesidades en la
cama. Recuerda así fuiste tu y te amaron.
Si te gritan y se incomodan sin
razón, recuerda los lloriqueos que ellos soportaron de ti. Todo por amor.
Si te dicen que no quieren vivir.
Comprende. Solo te están demostrando su dolor y frustración porque sienten ser
una molestia en tu vida. Es tu oportunidad para demostrarles con tu amor que
ellos son mas bien un don porque los amas. Ellos te están enseñando a amar.
Recuerda, no hace mucho fuiste
pequeño y ellos estuvieron a tu lado. Las mismas cosas de que te quejas las
hiciste tu y ellos lo comprendieron todo. ¿sabes por qué? porque te amaron.
La misión de tus padres contigo
no ha terminado. Yo me serví de ellos para darte vida y formarte en un hombre
adulto, ahora te los pongo en tus manos para que te liberes de ti mismo y
entres en la madurez del amor.
No temas. Yo estoy a tu lado.
Aprende a interpretar lo que te digan a la luz de mis enseñanzas y tendrás paz.
Tu Señor y Salvador,
Jesucristo
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