miércoles, 28 de octubre de 2020

Comentario del Evangelio:"¡JERUSALÉN, JERUSALÉN, CUÁNTAS VECES HE QUERIDO REUNIR A TUS HIJOS, COMO LA GALLINA REÚNE A SUS POLLUELOS!" (Lc 13, 31-35).

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

Jesús Mateo es un Sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio. Pienso que vale la pena compartirlo con los sacerdotes y con  los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos los días en dos de mis Blogs católicos. Franja

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29 de Octubre, jueves de 2020.

Comentario del Evangelio:"¡JERUSALÉN, JERUSALÉN,  CUÁNTAS VECES HE QUERIDO REUNIR A  TUS HIJOS, COMO LA GALLINA REÚNE A SUS POLLUELOS!" (Lc 13, 31-35).

Me encanta esta estampa, esta metáfora, vivencia, comparación o, llámala como quieras, de Jesucristo: "La gallina que cobija a sus polluelos".

(Muchos lo vimos, de niños, en el corral de la casa de nuestros padres). ¿Hay algo más tierno?

En este momento me gustaría ver los sentimientos de Jesucristo:

Él mismo se compara con la gallina que quiere reunir, cobijar y defender a sus pollitos bajo sus alas.

Me quedo, sólo, con esta reflexión.

Con ella Jesús expresa su infinito amor por medio de esta comparación.

Lo expresa magistralmente San Agustín con estas palabras:

"Vosotros, hermanos míos, sabéis bien cómo enferma la gallina al tener los polluelos. Ningún ave manifiesta su maternidad como ella. En efecto, cada día vemos cómo hacen sus nidos los pájaros, las golondrinas, cigüeñas y palomas; pero sólo  sabemos que son madres cuando las vemos empollar en sus nidos. La gallina, sin embargo, enferma de tal manera al tener sus polluelos que, aunque no vayan tras ella, aunque no la sigan sus hijos, te das cuenta de que es madre. Así lo indican sus alas caídas, y sus plumas erizadas, y su peculiar cloqueo, y todos sus miembros laxos y abatidos; todo eso, como digo, indica que es madre, aunque no se vean sus polluelos. Así es como está enfermo Jesús..." (In Ioann. Evang.,15, 7).

¿No sientes la necesidad de ser así cobijado,  acurrucado, 
"bajo las alas de Dios?

¿No te da alegría y consuelo esta imagen preciosa del Dios tierno, que nos cobija como una gallina a sus polluelos?

¿No sientes la necesidad de ser así cobijado,  acurrucado, "bajo las alas de Dios?

Un consejo: Cobíjate siempre bajo las alas de Dios.

Termina el Evangelio diciendo que quien no acepte al Señor, como Jerusalén: "vuestra casa se os quedará vacía": con el vacío del egoísmo, de la esterilidad, de la soledad, de una vida sin contenido, vacía, estéril.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague este  esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone  nunca.

Que el Señor nos bendiga y nos guarde. Un abrazo.   Franja.

Confeccionado por Franja.

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