Blog Católico de Javier Olivares, jubilado
CUANDO
ME QUEJO
Hoy,
en un ómnibus,
ví
una chica con cabello dorado
y
deseé ser tan rubia como ella.
Cuando
de pronto se levantó para irse
ví
que cojeaba por el pasillo,
Tenía
una sola pierna y usaba muleta
Pero
cuando pasó, sonreía.
Oh,
Dios, perdóname cuando me quejo,
Tengo
dos piernas, el mundo es mío.
Me
detuve para comprar caramelos,
El
muchacho que los vendía era tan encantador,
Conversé
con él, parecía tan contento,
Si
llegaba tarde no me preocupaba.
Y
mientras me iba, dijo
"Gracias,
has sido tan amable,
Es
lindo conversar con gente como tú, sabes, soy ciego".
Oh,
Dios, perdóname cuando me quejo.
Tengo
dos ojos, el mundo es mío.
Más
tarde, cuando iba caminando por la calle
Vi
un chico de ojos azules,
Se
paró y miraba a otros jugar,
No
sabía qué hacer.
Me
detuve un momento y luego dije:
"¿Por
qué no te unes a los otros, querido?"
Siguió
mirando hacia delante sin decir ni una palabra.
Entonces
me dí cuenta que no podía oír.
Oh,
Dios, perdóname cuando me quejo
Tengo
dos oídos, el mundo es mío.
Con
pies que me llevan a donde quiero ir.
Con
ojos para ver el brillo del sol.
Con
oídos para oír lo que sé.
Oh,
Dios, perdóname cuando me quejo.
En
verdad he sido bendecido, el mundo es mío.
¡¡¡¡
Este poema es sólo para recordar
lo mucho que tenemos que agradecer !!!!
Da
lo mejor al mundo y lo mejor volverá a ti.

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo
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