sábado, 27 de junio de 2015

JUNIO: MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. DEL DÍA 16 AL 21

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

MEDITACIONES DE SAN JUAN PABLO II.




SAGRADO CORAZÓN  DE JESÚS
EN VOS CONFÍO

16 -Corazón de Jesús en quien el Padre halló sus complacencias
22 de junio, 1986

1.Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias. Rezando así, particularmente ahora, en el mes de junio, meditamos en aquella complacencia eterna que el Padre tiene en el Hijo: Dios en Dios, Luz en Luz. Esa complacencia significa también Amor: este Amor al que todo lo que existe le debe su vida: sin El, sin Amor, y sin el Verbo-Hijo, "no se hizo nada de cuanto se ha hecho" (Jn 1,3). Esta complacencia del Padre encontró su manifestación en la obra de la creación en particular en la del hombre, cuando Dios "vio lo que había hecho y he aquí que era bueno... era muy bueno" (Gn 1,31). ¿No es, pues, el Corazón de Jesús ese "punto" en el que también el hombre puede volver a encontrar plena confianza en todo lo creado? Ve los valores, ve el orden y la belleza del mundo. Ve el sentido de la vida.

2. Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias. Nos dirigimos a la orilla del Jordán. Nos dirigimos al monte Tabor. En ambos acontecimientos descritos por los Evangelistas se oye la voz de Dios invisible, y es la voz del Padre: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia. Escuchadle" (Mt 17,5). La eterna complacencia del Padre acompaña al Hijo, cuando El se hizo hombre, cuando acogió la misión mesiánica a desarrollar en el mundo, cuando decía que su comida era cumplir la voluntad del Padre. Al final Cristo cumplió esta voluntad haciéndose obediente hasta la muerte de cruz, y entonces esa eterna complacencia del Padre en el Hijo, que pertenece al intimo misterio del Dios-Trino, se hizo parte de la historia del hombre. En efecto, el Hijo mismo se hizo hombre y en cuanto tal tuvo un corazón de hombre, con el que amó y respondió al amor. Antes que nada al amor del Padre. Y por eso en este corazón, en el Corazón de Jesús, se concentró la complacencia del Padre. Es la complacencia salvífica. En efecto, el Padre abraza con ella - en el corazón de su Hijo - a todos aquellos por los que este Hijo se hizo hombre. Todos aquellos por los que tiene el corazón. Todos aquellos por los que murió y resucitó. En el Corazón de Jesús el hombre y el mundo vuelven a encontrar la complacencia del Padre. Este es el corazón de nuestro Redentor. Es el corazón del Redentor del mundo. En nuestro rezo del Ángelus Dominí unámonos a María. Unámonos a Ella, de la que el Hijo de Dios tomó un corazón humano. Pidámosle que nos acerque a El. Pidamos a Ella, en el corazón del Hijo, acerque al hombre y al mundo la complacencia del Padre, el Amor del Padre, la misericordia de Dios.

http://www.corazones.org/jesus_maria_cor/letanias_cor_jesus.htm


17 -Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido
13 de julio, 1986

1. Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido. Congregados para rezar el Ángelus, nos unimos a María en el momento de la Anunciación, cuando el Verbo se hizo carne y vino a habitar bajo su Corazón: el Corazón de la Madre. Nos unimos, pues, al Corazón de la Madre, que desde el momento de la concepción conoce mejor el corazón humano de su divino Hijo: "De su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia" así escribe el Evangelista Juan (Jn 1,16).

2. ¿Qué es lo que determina la plenitud del Corazón? ¿Cuándo podemos decir que el corazón está pleno? ¿De qué está lleno el Corazón de Jesús? Está lleno de amor. El amor decide sobre esta plenitud del corazón del Hijo de Dios, a la que nos dirigimos hoy en la oración. Es un Corazón lleno de amor del Padre: lleno al modo divino y al mismo tiempo humano. En efecto, el Corazón de Jesús es verdaderamente el corazón humano de Dios Hijo. Está pues, lleno de amor filial todo lo que El ha hecho y dicho en la tierra da testimonio precisamente de ese amor filial.

3. Al mismo tiempo el amor filial del Corazón de Jesús ha revelado - y revela continuamente al mundo el amor del Padre. El Padre, en efecto, "tanto amó al mundo, que le dio su unigénito Hijo" (En 3,16) para la salvación del mundo; para la salvación del hombre, para que él "no perezca, sino que tengo la vida eterna" (ib.). El Corazón de Jesús está por tanto lleno de amor al hombre. Está lleno de amor a la creatura. Lleno de amor al mundo. ¡Está totalmente lleno! Esa plenitud no se agota nunca. Cuando la humanidad gasta los recursos materiales de la tierra, del agua, del aire, estos recursos disminuyen, y poco a poco se acaban. Se habla mucho de este tema relativo a la exploración acelerada de dichos recursos que se lleva a cabo en nuestros días. De aquí derivan advertencias tales como: "No explotar sobre medida". Muy distinto sucede con el amor. Todo lo contrario sucede con la plenitud del Corazón de Jesús. No se agota nunca, ni se agotará jamás. De esta plenitud todos recibimos gracia sobre gracia. Sólo es necesario que se dilate la medida de nuestro corazón, nuestra disponibilidad para sacar de esa sobreabundancia de amor. Precisamente para esto nos unimos al Corazón de María. Cf. n.15 (15 de junio, 1986)

http://www.corazones.org/jesus_maria_cor/letanias_cor_jesus.htm


18 -Corazón de Jesús deseo de los eternos collados
20 de julio, 1986

1. Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados... A lo largo de estos domingos, cuando nos congregarnos para la plegaria del mediodía, rezamos las letanías del Sagrado Corazón en unión particular con la Madre de Jesús. El Ángelus dominical es, en efecto, nuestra cita de oración con María. Junto con Ella recordamos la Anunciación, que fue ciertamente un acontecimiento decisivo en su vida. Y he aquí que, en el centro de este acontecimiento, descubrimos el Corazón. Se trata del amor del Hijo de Dios, que desde el momento de la Encarnación comienza a desarrollarse bajo el Corazón de la Madre junto con el Corazón humano de su Hijo.

2. ¿Es este Corazón "deseo" del mundo? Mirando el mundo tal como visiblemente nos rodea, debemos constatar con San Juan que está sometido a la concupiscencia de la carne, a la concupiscencia de los ojos y a la soberbia de la vida (Jn 2,16). Y este "mundo" parece estar lejos del deseo del Corazón de Jesús. No comparte sus deseos. Permanece extraño y, a veces, incluso hostil respecto a EL. Este es el "mundo" del que el Concilio dice que está "esclavizado bajo la servidumbre del pecado (Gaudium et Spes, 2. Y lo dice de acuerdo con toda la Revelación, con la Sagrada Escritura y con la Tradición (e incluso, digamos también, con nuestra experiencia humana).

3. Sin embargo, contemporáneamente, el mismo "mundo" ha sido llamado a la existencia por amor del Creador, y este amor le mantiene constantemente en la existencia. Se trata del mundo como el conjunto de las criaturas visibles e invisibles, y en particular "la entera familia humana con el conjunto universal de las realidades entre las que ésta vive"(Gaudium et Spes, 2). Es el mundo que, precisamente a causa de la "servidumbre del pecado" ha sido sometido a la caducidad - como enseña San Pablo -y, por ello, gime y siente dolores de porto, esperando con impaciencia la manifestación de los hijos de Dios, porque sólo por este camino se puede liberar realmente de la esclavitud- de la corrupción, para participar de la libertad y de la gloria de los hijos de Dios (Rm. 8,19-22).

4.Este mundo - a pesar del pecado y la triple concupiscencia - está -orientado al amor, que llena el Corazón humano del Hijo de María. Y por ello, uniéndonos a Ella, pedimos: Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, lleva a los corazones humanos, acerca a nuestro tiempo esa liberación que está en el Evangelio, en tu cruz y resurrección: ¡Que está en tu Corazón!

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19 -Corazón de Jesús paciente y de mucha misericordia
27 de julio, 1986

1-¡Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia! Hoy, con ocasión de la oración del Ángelus, deseamos releer una vez más, junto con María, el Evangelio; en cierto sentido lo releemos todo entero, e inmediatamente. En él a~ce el Corazón de Jesús, paciente e inmensamente misericordioso. ¿No es tal vez así el Corazón de Aquel que "pasé haciendo bien" a todos(Hch 10,38)? ¿De Aquel que hizo que los ciegos adquiriesen la vista, los cojos caminasen, los muertos resucitasen? ¿Que a los pobres se les anunciara la Buena Nueva (Lc 7,22)? ¿No es tal vez así el Corazón de Jesús, que no tenia El mismo dónde reclinar la cabeza mientras que los lobos tienen sus guaridas y los pájaros sus nidos (Mt 8,20)? ¿No es tal vez así el Corazón de Jesús, que defendió a la mujer adúltera de la lapidación y luego le dijo: "Vete, y de ahora en adelante no peques más (Jn 8,3-10).? ¿No es tal vez así el Corazón de Aquel que fue llamado "amigo de publicanos y pecadores" (Mt 11,19)?

2- ¡Miremos, junto con María, el interior de este Corazón! ¡Releámoslo a lo largo del Evangelio! Más aún, sobre todo releamos este corazón en el momento de la crucifixión. Cuando ha sido traspasado por la lanza. Cuando se ha desvelado hasta el fondo el misterio en El escrito. El Corazón paciente porque está abierto a todos los Sufrimientos del hombre. ¡El Corazón paciente, porque está dispuesto El mismo a aceptar un sufrimiento inconmensurable con metro humano! ¡El Corazón paciente, porque es inmensamente misericordioso! En efecto, ¿qué es la misericordia, sino esa medida particularísima del amor, que se expresa en el sufrimiento? ¿Qué es, en efecto, la misericordia sino esa medida definitiva del amor, que desciende al centro mismo del mal para vencerlo con el bien? ¿Qué es sino el amor que vence el pecado del mundo mediante el sufrimiento y la muerte?

3.¡Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia! ¡Madre, que has mirado en este Corazón, cuando estabas presente al pie de la cruz! Madre que, por voluntad de este Corazón, te has hecho Madre de todos nosotros. ¿Quién conoce como Tú el misterio del Corazón de Jesús en Belén, en Nazaret, en el Calvario? ¿Quién como Tú sabe que es paciente e inmensamente misericordioso? ¿Quién como Tú da testimonio incesantemente de ello?

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20 -Corazón de Jesús rico para todos los que te invocan
3 de agosto, 1986

1.¡Corazón de Jesús, generoso para aquellos que te invocan!. Nos recogemos hoy durante la oración del Angelus para recordarte, oh Madre de Cristo, el acontecimiento que tuvo lugar en Canó de Galilea. Esto ocurrió al comienzo de la actividad mesiánica.. Jesús había sido invitado, contigo y sus primeros discípulos, a las bodas. Y cuando faltó el vino, Tú, María, dijiste a Jesús: Hijo, "no tienen vino" (Jn 2,3). Tú conocías su corazón. Sabías que es generoso para aquellos que lo invocan. Con tu oración en Caná de Galilea hiciste que el Corazón de Jesús se revelase en su generosidad.

2.Este es el Corazón generoso, puesto que en El habita efectivamente la plenitud. la plenitud de la divinidad habita en Cristo verdadero hombre: y Dios es amor. Es generoso porque ama, y amar quiere decir prodigar, quiere decir dar. Amar quiere decir ser don. -Quiere decir ser para los demás ser para todos, ser para cada uno. Para cada uno que llama. Llama a veces, incluso sin palabras. Llama por el hecho de poner al descubierto todo su verdad, y, en esta verdad, llama al amor. La verdad tiene la fuerza de llamar al amor. Mediante la verdad todos aquellos que son "pobres de espíritu", que "tienen hambre y sed de justicia" que, ellos mismos, "son mísericordiosos" tienen la fuerza de llamar al amor. Todos ellos - y tantos otros más - tienen un maravilloso "poder" sobre el amor. Todos ellos hacen que el amor se comunique, se dé y se manifieste así la generosidad del corazón. Entre todos ellos, Tú, María, eres la primera.

3.¡Corazón de Jesús, generoso para aquellos que te invocan! Mediante esta generosidad el amor no se agota, sino que crece. Crece constantemente. Esta es la naturaleza misteriosa del amor. Y éste es también el misterio del Corazón de Jesús, que es generoso para con todos. Se abre a todos y cada uno. Se abre completamente por sí mismo. Y en esta generosidad no se agota. La generosidad del Corazón da testimonio de que el amor no está sometido a las leyes de la muerte, sino a las leyes de la resurrección y la vida. Da testimonio de que el amor crece con el amor. Esta es su naturaleza.

4.De esta verdad sobre el amor dio testimonio en nuestros tiempos Pablo VI. Su corazón humano cesó de latir aquí., en Castelgandolfo, hace ocho años, en la fiesta de la Transfiguración del Señor. Su humilde sucesor hace suya la misma verdad sobre el amor, que el difunto Pontífice proclamó con la palabra y con la vida hasta el final, invocando al Corazón divino. Y por ello, pensando en el Papa Pablo VI, hoy, durante la oración del Angelus, nos unimos de modo particular a Maria, y decimos: Corazón de Jesús, generoso para aquellos que te invocan, acoge a tusiervo en tu eterna luz.

http://www.corazones.org/jesus_maria_cor/letanias_cor_jesus.htm


21 -Corazón de Jesús fuente de vida y de santidad
10 de agosto, 1986

1.¡Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad! Fuente. Recordemos cuando Jesús se acercó a la pequeña ciudad de Samaria, llamada Sicar, donde se encontraba una fuente que se remontaba a los tiempos del Patriarca Jacob. En aquel lugar encontró a una sarnaritana, que se acercaba para sacar agua de la fuente. El le dice: "Dame de beber". La mujer responde: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mi, mujer sumaritana?". Entonces Jesús replicó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías a El, y El te daría a ti agua viva". Y continuó: "El agua que yo te dé se hará en ti fuente que salte hasta la vida eterna" (cf. Jn 4,5-14). ¡Fuente! ¡Fuente de vida y de santidad!

2.En otra ocasión, en el último día de la fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén, Jesús - -como escribe también el Evangelista Juan - "gritó, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mi y beba. El que cree en mí, según dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su seno". El Evangelista añade: Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en EL" (Jn 7,37-39).

3.Todos deseamos acercamos a esta fuente de agua viva. Todos deseamos beber del Corazón divino, que es fuente de vida y de santidad. En El nos ha sido dado el Espiritu Santo, que se da constantemente a todos aquellos que con adoración y amor se acercan a Cristo, a su Corazón. Acercarse a la fuente quiere decir alcanzar el principia. No hay en el mundo creado otro lugar del cual pueda brotar la santidad para la vida humana fuera de este Corazón, que ha amado tanto. "Ríos de agua viva" han manado de tantos corazones... y ¡manan todavía! De ello dan testimonio los Santos de todos los tiempos.

4.Te pedimos, Madre de Cristo, que seas nuestra Guía al Corazón de tu Hijo. Te pedimos que nos acerques a El y nos enseñes a vivir en intimidad con este Corazón, que es fuente de vida y de santidad.


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