HOY D. JESÚS MATEO ME ENVÍA LO SIGUIENTE:
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27 de Junio, Domingo de 2021
COMENTARIO: "¿QUIÉN ME HA TOCADO EL MANTO?..Y ."CONTIGO HABLO, NIÑA, LEVÁNTATE" (Mc 5, 21-43).
El Evangelio de hoy narra dos milagros. En él aparecen dos personas, Jairo y la Hemorroisa, que nos dan ejemplo de fe en la omnipotencia de Jesucristo.
Jairo, un jefe de la sinagoga, suplica que vaya a su casa para curar a su hija que se está muriendo. Jesús le pide que tenga fe aunque le digan que su hija ha muerto. Así lo vive, y Jesús resucita a su hija.
En el caso de la hemorroisa se trata de una mujer que padecía una enfermedad por la que estaba en impureza legal (Lev 15, 25 ss.) Padecía flujo de sangre desde hacía doce años, había sufrido mucho, y gastado todos sus bienes sin curarse, sino que iba de mal en peor. A los doce años de sufrimientos físicos, se añadía la verguenza de sentirse inmunda según la Ley. Según el pueblo judío se consideraba impura no solamente la mujer afectada por la enfermedad de este tipo, sino todo lo que ella tocaba. Por eso, para no ser notada por la gente, la hemorroísa se acercó a Jesús por detrás y tocó tan sólo su manto, por delicadeza.
¡Qué delicadeza y qué fe la de esta mujer!
¿Te la imaginas lo que tuvo que sufrir y aguantar hasta que llegó a Jesús? Se iría abriendo paso a paso, con dificultades, puesto que había mucha gente que le oprimían le apretujaban al Señor. Ella pensaba que si pudiera tocar, aunque solo fuera su manto, quedaría curada. No se consideraba digna de tocar al Señor.
Por fin llegó junto al Maestro y logró tocar su manto. En ese mismo instante se secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que estaba curada de su enfermedad. ¡¡¡ESTABA CURADA!!!
Pero su sorpresa fue grande. Jesús, sabiendo que alguien "le había tocado y que de él había salido virtud", decía: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Y le decían sus discípulos: ves que la muchedumbre te oprimen y dices ¿Quién me ha tocado? Y miraba a su alrededor para ver a la que había hecho esto.
La mujer, asustada y temblorosa, sabiendo lo que había ocurrido, se acercó, se postró ante Él y le confesó toda la verdad. Él entonces le dijo: Hija, tú fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu dolencia.
A mí me impresiona la fe, la humildad y el amor de esta mujer. Me hace reflexionar: ¿Cómo "toco" yo al Señor en la Comunión? ¿Por qué no se obra en mí el milagro de la Hemorroísa? En estos momentos me sale espontáneamente el propósito: "Tocar, tratar y comulgar con la fe, humildad y amor de esta santa mujer".
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja
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-Jairo, un jefe de la sinagoga, suplica a Jesús
que vaya a su casa para curar a su hija
que se está muriendo.-
(Hoy vemos el poder de a oración)
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