Comentario: Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre las aguas dijo a los Apóstoles: SOY YO, NO TEMÁIS (San Juan 6, 16-21)

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

D. Jesús Mateo es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio. Pienso que vale la pena compartirlo con los sacerdotes y con  los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos los días en tres de mis Blogs católicos para mayor difusión. P. Franja

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30 de abril, sábado 2022

Comentario: Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre las aguas dijo a los Apóstoles:  SOY YO, NO TEMÁIS (San Juan 6, 16-21)

Los Apóstoles, en la barca, se dirigen a Cafarnaún. El lago de Tiberíades estaba agitado por el fuerte viento que soplaba. La barca estaba batida fuertemente por las olas, por tener el viento en contra. Era noche cerrada. 

De pronto vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre las aguas y se asustaron. El susto tuvo que ser grande. Nunca habían visto algo parecido a lo largo de su vida de pescadores. Pensarían que era un fantasma. De pronto oyen la voz de Jesús que les dice: "No temáis. Soy yo".

 

El Señor nos dice: No temas!!! Sí. Tenemos miedo a la enfermedad, al dolor, al virus, a la muerte, al sufrimiento, a la soledad, al contagio. No lo olvides. El Señor te dice, una y otra vez, que siempre está contigo y que siempre estará y que con Él debes estar en paz y tranquilo. Es tu Padre. Él es el capitán del barco.

¿Te acuerdas del niño que disfrutaba viendo las olas mientras los marineros estaban preocupados y con miedo de que se hundiera el barco? ¿No tienes miedo, le preguntó un marinero? ¿Miedo? Mi padre es el capitán del barco.

 

Paz. Tranquilidad. Dios está contigo. No temas por más que parezca que se hunde la Iglesia y todo tu alrededor. La barca, la Iglesia, no se hundirá. Ni tampoco tu pequeña barquilla, tu vida, si en ella llevas a Jesús. Estás en buenas manos. Tienes un buen capitán. Si Dios está contigo, ¿ a quién vas a temer?

Para terminar quiero hablarte de otro miedo más peligroso que podemos padecer tú y yo. Es el miedo a darnos por completo al Señor. El miedo a que Dios nos pida más oración, más penitencia, más mortificación, más caridad, más trato personal con Jesucristo, menos quejas y lamentaciones. En definitiva: una vida santa.

Vamos a pedirle a la Virgen, ahora que comenzamos El mes de mayo, que nos parezcamos a Ella en su alegría y en su entrega.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja.

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Confeccionado en el Blog de Franja

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