martes, 26 de abril de 2022

COMENTARIO: "JESÚS DIJO A NICODEMO: TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO QUE ENTREGÓ A SU HIJO UNIGÉNITO, PARA QUE TODO EL QUE CREE EN ÉL NO PEREZCA, SINO QUE TENGA VIDA ETERNA". (Jn 3, 16-21).

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

D. Jesús Mateo es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio. Pienso que vale la pena compartirlo con los sacerdotes y con  los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos los días en tres de mis Blogs católicos para mayor difusión. P. Franja

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27 de Abril, Miércoles, de 2022.

COMENTARIO: "JESÚS DIJO A NICODEMO: TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO QUE ENTREGÓ A SU HIJO UNIGÉNITO, PARA QUE TODO EL QUE CREE EN ÉL NO PEREZCA, SINO QUE TENGA VIDA ETERNA". (Jn 3, 16-21).

Son impresionantes estas palabras de Jesús a Nicodemo. Dios nos ama tanto, tanto, que nos ha dado a su propio Hijo para salvarnos. Podemos decir con San Pablo: "Me amó y se entregó por mí".(Gal 2, 20). Es una de las frases que a mí más me impresiona; me "remueve", me llega al alma. La pondría escrita  debajo de todo crucifijo. 

Es un hecho maravilloso e imponente: ¡¡¡DIOS ME AMA!!! Se hizo hombre por mí. Jesús me ha amado primero, me ha amado a pesar de mis fragilidades, mis límites y mis debilidades humanas. Me pregunto: ¿Me dejo amar por Dios? Un regalo así, tan grande, merece que yo le esté toda mi vida agradecido. ¿Cómo manifestar a Dios mi gratitud?

Hago mía una leyenda hermosa de la que se hace eco el Papa Francisco que cuenta "que, cuando Jesús nació, los pastores corrían hacia la gruta llevando muchos regalos. Cada uno llevaba lo que tenia: unos, el fruto de sus trabajos, otros, algo de valor. 

Pero mientras todos los pastores se esforzaban, con generosidad, en llevar lo mejor, había uno que no tenía nada. Era muy pobre. No tenía nada que ofrecer. Y mientras los demás competían en presentar sus regalos, él se mantenía apartado, con vergüenza. 

En un determinado momento, San José y la Virgen se vieron en dificultad para recibir todos los regalos, muchos, sobre todo, María, que debía tener en brazos al Niño. Entonces, viendo a aquel pastor con las manos vacías, le pidió que se acercara. Y le puso a Jesús  en sus manos. El pastor, tomándolo, se dio cuenta que había recibido lo que no merecía, que tenía en sus brazos el regalo más grande de la historia. Se miró las manos y esas manos que le parecían siempre vacías se habían convertido en la cuna de Dios. Se sintió amado y superando la vergüenza, comenzó a mostrar a Jesús a los otros porque no podía sólo quedarse para él regalo de los regalos".

Tus manos y mis manos estarán llenas de amor y de gratitud si en ellas tenemos a Jesús y sabemos darlo a los demás.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo. Un abrazo.   P. Franja.

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Confeccionado en el Blog de Franja

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