Blog Católico de Javier Olivares, jubilado
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Jesús Mateo es un Sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente un lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y también compartirlo, además de con los sacerdotes, con los seglares que lo soliciten.
Lo pongo también todos los días en dos de mis Blogs católicos. Franja
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10 de junio, miércoles de 2020
Comentario del Evangelio.: "QUIEN CUMPLA Y ENSEÑE LOS PRECEPTOS DE LA LEY SERÁ GRANDE EN EL REINO DE LOS CIELOS" (Mt 5, 17-19).
El Evangelio de hoy forma parte del Sermón de la Montaña.
Como sabes este fue el primer sermón de Jesús, su gran sermón.
Hoy el tema es la actitud de Jesús respecto a la Ley judía.
Para los judíos, la Ley era lo absoluto y completo.
Nuestro Señor Jesucristo, en este gran discurso, traza los límites de la antigua Ley y nos da la Ley definitiva.
Así lo narra San Mateo:
"Dijo Jesús a sus discípulos: "No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos".
La Ley promulgada por medio de Moisés y explicada por los Profetas, constituía un don de Dios para el Pueblo, como anticipo de la Ley Nueva y definitiva que daría el Mesías.
Jesús no viene a abolir ni a quitar ni a cancelar los Mandamientos, sino que quiere darles plenitud.
Esta plenitud requiere una justicia y santidad mayor, y una observancia más auténtica.
La antigua ley señalaba 613 preceptos que, si eran cumplidos aseguraban la santidad.
Jesús rechaza esta enseñanza. Mejor dicho, la supera, porque propone la sumisión amorosa a la Voluntad de Dios como el único camino.
Nos hace ver que Dios no quiere que cumplamos sus Mandamientos, como quien cumple un reglamento frío, como así enseñaban y cumplían los escribas y fariseos.
Éstos habían llegado a deformar el espíritu de la Ley, quedándose más bien en la observancia externa y ritual de la misma. Entre ellos el cumplimiento exacto y minucioso, pero externo, de los preceptos se había convertido en una garantía de salvación del hombre ante Dios: "Si yo cumplo esto soy justo, soy santo y Dios me tiene que salvar", pensaban.
Con este modo de concebir la justificación ya no es Dios en el fondo quien salva, sino el hombre quien se salva por las obras externas.
Esta concepción es falsa, ya que la justificación o santificación es una gracia de Dios, a la que el hombre puede corresponder siendo fiel a esa gracia.
Jesús condena esta mentalidad estrecha y fría y este estricto cumplimiento de la Ley.
Nos pide que vivamos los Mandamientos, la Ley y los preceptos con amor y con la libertad de los hijos de Dios.
Solamente una pregunta para meditar en profundidad:
¿Con qué mentalidad vivimos, tú y yo, la Ley de Dios, con la de los escribas y fariseos o con la de Jesucristo?
(Por favor, no te "conformes con el mero cumplimiento")
Jesús Mateo. Sacerdote......
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Que Dios pague este esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja.
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