Jesucristo se admira de la fe del Centurión: "SEÑOR, NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA" (Mt 8, 5-17)

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid me  envía el Comentario del Evangelio de cada día,  y yo con gran placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de oración.

P. Javier Olivares.

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1 de julio sábado, 2023

Jesucristo se admira de la fe del Centurión:  "SEÑOR, NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA" (Mt 8, 5-17)

Comenzamos el mes de Julio. Muchos habéis tomado vacaciones. Que descanséis y lo paséis bien. Ojalá que en la maleta hayas metido los Evangelios para leerlos y meditarlos diariamente. Qué ellos te ayuden a tener un encuentro personal con Cristo. Lo dicho anteriormente también nos sirve a los que continuamos con nuestro trabajo ordinario en este mes de julio. 

El Evangelio de hoy nos presenta a un hombre bueno e importante. Se trata de un oficial del ejército romano que tenía a su cargo cien soldados. Este hombre se acercó a Jesús para pedirle por un criado paralítico que sufría mucho. Es decir, que no pide para sí ni para su familia, pide para un criado. El Señor se ofreció a ir a curarlo, pero el centurión le manifestó que no era digno de recibirlo en su casa, sino que bastaba con que dijera una palabra para que su criado quedase sano.

Es admirable la humildad de este hombre. No se considera digno de que Jesús vaya a su casa, a pesar de ser un centurión, un hombre con autoridad y prestigio. Y no menos admirable es su fe. Cree que puede curar a distancia a su criado. Jesucristo se admira de la fe del Centurión y exclama: "En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe". Fue tan grande su fe que, después de  XXI siglos, la Iglesia, tú y yo, repetimos las mismas palabras al acercarnos a comulgar.

Ojalá que las pronunciemos con los labios y el corazón con la misma fe y humildad que el Centurión romano: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para salvarla".

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.

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