viernes, 12 de marzo de 2021

COMENTARIO DEL EVANGELIO: PARÁBOLA DEL FARISEO Y DEL PUBLICANO.Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro publicano. (Lc 18, 9-14).

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

D. Jesús Mateo es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio. Pienso que vale la pena compartir  con los sacerdotes y con  los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos los días en dos de mis Blogs católicos. Franja.

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13 de marzo, sábado de 2021

COMENTARIO DEL EVANGELIO: PARÁBOLA DEL FARISEO Y DEL PUBLICANO.Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro publicano. (Lc 18, 9-14). 

"TODO EL QUE SE ENALTECE SERÁ HUMILLADO Y EL QUE SE HUMILLA SERÁ ENALTECIDO" (Lc 18, 9-14).

El Evangelio de hoy nos habla de la parábola del Fariseo y del Publicano.

Es San Lucas el que lo narra de este modo: "Dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro publicano. 

El fariseo, erguido, oraba así  en su interior. ¡Oh Dios! te doy gracias porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo. 

El publicano, en cambio,   quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Oh Dios, ten compasión de este pecador. Os digo que este bajó a su casa justificado,  y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".

 

La verdad es que el Fariseo es un tipo especial: es SOBERBIO. Cree que todo lo hace bien.  Sólo ve los defectos de los demás y no ve en ellos ninguna virtud. Está satisfecho de sí mismo. Se compara con los demás y se considera superior. Nunca pide perdón. Desprecia a los demás.

A Dios Nuestro Señor le desagrada la oración del fariseo debido a su orgullo y soberbia. Por todo ello bajó del Templo con sus propios pecados.

El publicano es distinto. Reconoce su indignidad y sus pecados y se arrepiente sinceramente de ellos. Repite con verdad y con dolor: "Oh Dios, ten compasión de mí que soy un pecador".Confía en la misericordia divina. Su oración es auténtica y agrada a Dios y alcanza su perdón.

El Señor nos dice: "Éste bajó justificado a su casa, y aquél no". Dios bendice a los humildes y rechaza a los soberbios. ¿En quién de los dos nos sentimos reflejados en el fariseo o en el publicano?

Imitemos a la Virgen. Ella  proclama en el Magnificat: "Me llamarán bienaventurada todas las generaciones  porque vio el Señor la pequeñez de su esclava".

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja. Confeccionado o adaptado por Franja para ponerle en dos de los Blogs católicos de Javier Olivares. baionés jubilado. Baiona. A veces lo he puesto en tres de los blogs, para que los que vayan buscando un comentario de Santo Evangelio, encuentren mayores probabilidades.

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