Blog Católico de Javier Olivares, jubilado
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy padre, hablaré a mis hijos,
de tu poder y de tu gracia
que eres PADRE que protege y
anima
que habla, con autoridad,
en momentos de indecisión,
y corrige con palabras de
comprensión.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy madre, les transmitiré a
los míos
el amor y la ternura que se dan
en tu corazón.
Les haré ver que, en Tí, está la
salvación
que tus brazos siempre esperan
que en tu regazo siempre hay un
lugar
para, después del pecado, volver
al encuentro
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy hijo, daré gracias a tu
nombre.
Por la juventud de mis días
porque, tal ves sin aún yo
saberlo,
me llamas a ser de los tuyos
a ser profeta, sacerdote
o amigo que anuncie tu Reino.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy sacerdote,
levantaré una y otra vez mis
manos hacia el cielo:
para buscar tu fuerza y tu
presencia
para que nunca les falte a tus
hijos
el pan consagrado de la
Eucaristía
o la fortaleza de tu Santo
Espíritu.
El perdón, cuando el pecado asoma
Tu Bendición, cuando el mundo
deja de sorprendernos
y nos deja tirados en el suelo
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy cristiano,
bendeciré tu nombre.
Porque me llamas a ser
instrumento de tu amor
Porque permites que sea de los
tuyos
Porque me hablas de una ciudad
eterna
Porque me dices que, los que
viven junto a mí,
lejos de ser adversarios, son
hermanos.
Porque, cumplir la voluntad de
Dios,
sus bienaventuranzas y sus
mandamientos
es camino seguro para llegar a
buen puerto.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
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