COMENTARIO DEL EVANGELIO: "PARÁBOLA DEL FARISEO Y DEL PUBLICANO" (Lc 18, 9-14)

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid,  me manda todos los días un comentario del EVANGELIO para editarlo en el Blog católico de Javier Olivares. Lo hago con mucho gusto porque además lo encuentro muy bueno para hacer oración. P. Franja. 

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Desde el 9 de marzo no mando el comentario de Jesús Mateo. Solo salí uno y a medias

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18 de marzo, sábado 2023

COMENTARIO DEL EVANGELIO: "PARÁBOLA DEL FARISEO Y DEL PUBLICANO" (Lc 18, 9-14)

Conoces bien esta parábola. Sabes que subieron dos hombres al templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano. El Señor en esta ocasión nos hace ver cómo debe ser nuestra oración: sencilla, humilde, confiada, perseverante y llena de fe. 

La parábola presenta dos tipos humanos contrapuestos: el fariseo y el publicano. La oración del fariseo no es grata a Dios: Éste es orgulloso. Se fija en sí mismo y desprecia a los demás. Da gracias a Dios pero no es sincera su actitud ya que se jacta de lo bueno que ha hecho, y no es capaz de reconocer sus pecados. Se considera justo y no tiene necesidad, según él, de ser perdonado. Este hombre, el fariseo, bajó del Templo con sus propios pecados.

 

La oración de publicano es grata a Dios Reconoce su indignidad; reconoce que es un pecador. Se arrepiente sinceramente de sus pecados. Repite con sinceridad, con verdad y con dolor: "Oh Dios, ten compasión de mí que soy un pecador". Confía en la misericordia de Dios. Su oración es auténtica, agrada a Dios y alcanza su perdón. Es un hombre humilde. Pide perdón a Dios de sus pecados. Su oración es sincera, humilde, sencilla, confiada. Jesucristo nos dice que éste, el publicano,  bajó a su casa justificado.

 

Solamente una reflexión: tú y yo, ¿a quién nos parecemos y en quien de los dos nos sentimos reflejados, en el fariseo o en el publicano? Te invito a examinar sinceramente tu vida y tu oración.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja.

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