D. Jesús Mateo me manda todos los días un comentario del EVANGELIO para editarlo en el Blog católico de Javier Olivares, baionés jubilado, Baiona.
LO HAGO CON MUCHO PLACER, POR EL BIEN QUE HACE SU DIFUSIÓN EN ESE FORMATO. P. FRANJA.
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15 de octubre, viernes de 2021.
SANTA TERESA DE JESÚS
COMENTARIO: "EXCLAMÓ JESÚS: TE DOY GRACIAS, PADRE, SEÑOR DE CIELO Y TIERRA, PORQUE HAS ESCONDIDO ESTAS COSAS A LOS SABIOS Y ENTENDIDOS, Y SE LAS HAS REVELADO A LOS PEQUEÑOS". (Mt 11, 25-30).
Señor, hoy quiero darte gracias a Dios por Santa Teresa de Jesús, de Ávila: La Santa castellana, recia, fuerte, alegre, simpática, con mucho sentido común. Tuvo que sufrir y superar muchas dificultades, incomprensiones y persecuciones; siempre con buen humor y alegría. Quisiera, Señor, parecerme a ella.
En este día me quiero fijar en su vida su vida de ORACIÓN. Ella nos ha dejado constancia de cómo con la Oración salen adelante los "IMPOSIBLES", aquello que humanamente parecía insuperable. Cuenta ella que, más de una vez, a lo largo de su vida, escuchó estas palabras de Jesús: ¿Cuándo te he faltado yo? El mismo que he sido, soy ahora.
Santa Teresa sacaba fuerzas en la ORACIÓN. Ella, Doctora de la Iglesia, dejó escrito: "Sabe el traidor (el Demonio) que tiene perdida al alma que persevere en la oración" (Vida 19, 2).
Con un lenguaje, muy suyo, nos dice: "El que no deja de andar e ir adelante, aunque tarde, llega. No me parece es otra cosa perder el camino sino dejar la oración" (Vida 19, 5).
Ella nos relata sus luchas y sus dificultades en la oración, pero nunca la dejó. (Vida 29, 8). En una de sus cartas manifiesta: "Es menester mucha oración, pues su necesidad es grande". (Carta 184, 6). Una vez leídas y meditadas estas palabras yo le pido a Santa Teresa que nos conceda esta gracia que tanto agrada a Dios (y tanto molesta al Demonio).
¡¡¡EMPEZAMOS HOY!!!
Y muchas felicidades a todas que lleváis el nombrede Teresa.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Santa María nos acompañe siempre con S. José.
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(Del P. Franja, confecionador del Blog,
para pié de foto)
Se cuenta que Santa Teresa de Jesús, yendo un día por las escaleras del Monasterio de la Encarnación en Ávila, se tropezó con un hermoso Niño. Sorprendida por ver un niño dentro de la clausura monacal, se dirigió a él preguntándole:- ¿Y tú quién eres?. El niño le replicó a su vez con otra pregunta: -¿Y quién eres tú?. La madre respondió: -Yo, Teresa de Jesús. Y el niño sonriente le repuso: -Pués yo soy, Jesús de Teresa.
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