D. Jesús Mateo me invita hoy con su comentario del Evangelio del 16 de septiembre, jueves
<{☆●☆}>
18 de septiembre, sábado de 2021.
COMENTARIO DEL EVANGELIO: LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR "SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR SU SEMILLA" (Lc 8, 4-15).
Es una bella parábola. Me gusta. Además tiene un gran mensaje y una gran enseñanza.Los que somos de pueblo e hijo de labradores conocemos bien los cuatro grupos de tierra en la que cayó la semilla.
1. AL PIE
La semilla que cae al borde del camino no da fruto porque la pisan los que pasan por allí y la comen los pájaros. Son las almas que se dejan llevar por el AMBIENTE MUNDANO. El ambiente influye mucho. Arrastra sin darnos cuenta. Cuesta ir contra corriente.
2. EL TERRENO PEDREGOSO.
Es la semilla que brotó y luego se secó por falta de humedad. Son las ALMAS SUPERFICIALES que no echan raíces. Les falta formación y auténtica vida cristiana. Se habían conformado con unas prácticas religiosas. Al entrar en la Universidad o al llegar a la Ciudad lo han abandonado y se han venido abajo. En nuestro tiempo abunda esta clase de personas.
3. LA QUE CAYÓ ENTRE ABROJOS.
La semilla creció, pero creció entre abrojos y éstos la sofocaron. Esas zarzas y abrojos son el bienestar, el capricho, la comodidad, el placer, el confort, el materialismo...que ahogan la semilla y no la deja madurar; son gente que sólo les importa disfrutar y gozar de la vida presente.
4. OTRA PARTE CAYÓ EN TIERRA BUENA.
Son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto y fruto abundante.
Te pregunto y me pregunto:
¿A qué grupo pertenecemos?
¿Qué clase de tierra somos tú y yo? ¿Qué es lo que nos hace daño? ¿El ambiente la superficialidad, el bienestar, el materialismo?
Señor, confieso que puedo estar en los tres grupos primeros. Tengo que reconocer que "algo" me toca del primero porque me "puede el ambiente".
Del segundo no salgo bien parado porque soy una persona "superficial".
Todavía "me coge más" el tercero porque me domina el confort, el bienestar, el materialismo, la comodidad.
Tú, Jesús, me has concedido, sin yo merecerlo, ser tierra buena. Tú te has volcado conmigo. Lo esperas todo de mí. Ayúdame a ser "tierra buena" y a "dar frutos abundantes".
Jesús Mateo. Sacerdote.
<{☆●☆}>
Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca.,
<{☆●☆}>
☆☆☆☆☆☆☆☆☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario