Comentario del Evangelio: "A JESÚS LE SIGUIERON MUCHOS Y LOS CURÓ A TODOS".(Mt 12, 14-21)

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

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Jesús Mateo es un Sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y también  compartirlo, además de con los sacerdotes también con  los seglares que lo soliciten.

Lo pongo también todos los días en dos de mis Blogs católicos. Franja 

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18 de julio, sábado de 2020

Comentario del Evangelio: "A JESÚS LE SIGUIERON MUCHOS Y LOS CURÓ A TODOS".(Mt 12, 14-21)

"Jesús pasó por el mundo haciendo el bien".(cfr Mc 7, 37).

Nunca se negó a curar, nunca pasó de largo, jamás se excusó diciendo que no era la hora, nunca miró a otro lado.

En su vida lo primero era hacer el bien, curar al enfermo, ayudar siempre, escuchar, consolar, aliviar, estar cerca de las personas, con delicadeza, sin llamar la atención, queriendo y amando, sirviendo y entregándose a los demás...

Él es nuestro Modelo; a Él debemos imitar. Debemos ser otros Cristos, el mismo Cristo.

Pasar la vida haciendo el bien, como el Señor.

¿Imposible? No.

Es posible, con la gracia de Dios. Consiste, como dice San Pablo, "ya comáis, ya bebáis, hacedlo todo para gloria de Dios" (1 Cor 10, 31)

Conozco a personas, a  miles, que intentan realizar su trabajo con perfección, que ponen amor en las cosas pequeñas de su jornada habitual descubriendo ese "algo divino" que se encierra en lo pequeño y humilde  en lo de cada día.

Personas que hacen, por amor, las cosas más sencillas y en apariencia poco importantes.

En ellas se cumplen las palabras y los versos del poeta de Castilla: "Despacito, y buena letra:

el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas". (A. Machado)

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A Dios le encanta que vivamos santamente la vida ordinaria; realizar las cosas con perfección, con amor en las pequeñas actividades de la jornada.

Una vida así, sin ruido, con sencillez, sin llamar la atención, es, para Dios, una maravilla,  una realidad divina.

Dios nos ha colocado en medio del mundo como el verdadero lugar donde nos hemos de santificar. Lo de cada día, por muy sencillo y pequeño que parezca, es el medio y la ocasión de nuestro encuentro continuo con el Señor. Lo santo, lo que agrada a Dios es "vivir santamente la vida ordinaria".

Imitemos a la Virgen en su vida oculta de Nazaret

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague este  esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos  abandone nunca. Franja.

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Confeccionado por Franja.

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